lunes, 28 de noviembre de 2011

Como ganar a su marido


Como ganar a su marido - Mario Fagundes

Lectura Bíblica: 1 Pedro 3:1-6

Vs 1 – Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas.

La sumisión tiene un objetivo: ganar al marido. Incluso aquellos que son discípulos, en aquello que todavía no son practicantes, o no entendieron.

El énfasis está en la conducta (manera de actuar o de reaccionar) y no en no hablar. La conducta llamará tanto la atención que no será necesario palabra alguna. Por lo tanto, lo más importante es el procedimiento, el comportamiento, la conducta, las acciones y reacciones.

Vs 2 – al observar vuestra conducta casta y respetuosa.

La observación es hecha a través de aquello que ellos ven y no de aquello que ellos oyen. Lo que ellos irán a observar: “La conducta casta y respetuosa”. ¿Y qué significa esto? El próximo versículo responde a esto.

Vs 3 – Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos.

En primer lugar la Escritura dice lo que no tiene que haber con una conducta casta y respetuosa: “No sea”. El adorno es lo que se coloca para arreglar (dar buena apariencia, disimilar los defectos), ordenar, para ser visto. ¿Qué adorno no debe ser lo principal? frisado de cabello, adornos de oro, ostentación en el vestir. Si tu énfasis está en el exterior, pode transmitir futilidad, frivolidad, vanidad, una persona vacía. No hay prohibición de tener cuidados con su apariencia exterior, pero está haciendo un contraste entre dos comportamientos, con un objetivo. ¿Cuál es el objetivo?  ¿Ganar al marido, para sí misma, o para el Señor?

Vs 4 – sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.

Ahora la Escritura dice lo que es una conducta casta y respetuosa: Sea el incorruptible ornato (vestimenta), espíritu manso u afable (que no es bravo, de genio suave, sosegado, domesticado, sereno, lento) y tranquilo (quieto, sosegado, calmo, correcto, seguro). ¡Aquí está la receta para ganar a su marido! Debemos aplicarnos a tener este comportamiento en la dependencia del Espíritu Santo.

Vs 5 – pues así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios estando sumisas (sujetas) a sus maridos.

Aquí declara que las santas mujeres del pasado, se comportaron así. ¿Cómo? Estando sumisas. ¿A quién? A su propio marido. Aquí es importante resaltar la necesidad de que entendamos esta declaración. Algunas mujeres se someten o sujetan, pero a sus discipuladoras o coyunturas, o líderes, o pastores que a su propio marido, por el hecho de éste es incrédulo, le da menos crédito para lo que piensa o quiere. Cuidado, porque este comportamiento puede estar alejando a tu marido.

Debemos observar que la Escritura dice que “Esperaban en Dios”, y no en los hombres, en su fe, únicamente en Dios. Observo que algunas esposas esperan el cambio de su marido, recién para cambiar y cumplir lo que le es debido.

Vs 6 – como Sara obedecía a Abraham, llamándolo señor. De ella habéis venido vosotras a ser hijas, si hacéis el bien sin temer ninguna amenaza”.

“…como hacía Sara”, del mismo modo, siguiendo su ejemplo, al llamar a su marido de señor (y no era solo una expresión, sino era de corazón) estaba reconociendo una autoridad delegada por Dios para su vida. Sumisa, mansa, tranquila, obediente, con respeto (llamándole señor), practicando el bien. Aquí está la receta y la promesa del Señor para ganar al marido.

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